LAS EMOCIONES DE LOS PERROS




A pesar de las diferencias, entre humanos y perros tenemos más cosas en común de lo que parece, hasta el punto de que algo que parece exclusivo de nosotros, las emociones, también está presente en la mente de nuestros amigos caninos.

Si observamos el comportamiento de nuestro perro ante diferentes estímulos, posiblemente esté sintiendo y demostrando emociones. Por ejemplo, cuando llegamos a casa del trabajo y viene nuestro perro a saludarnos moviendo la cola, estará sintiendo alegría, al igual que si le entregamos un juguete. En cambio si lo dejamos mucho tiempo solo en casa nuestro perro se sentirá triste.

Que nuestro perro sienta es posible gracias a que posee las estructuras cerebrales necesarias, pero su forma de demostrar emociones obviamente no será verbal sinó mediante lenguaje corporal. Los movimientos de la cola, las orejas, la expresión facial, la postura corporal e incluso gemidos, ladridos o gruñidos, nos permitirán, interpretándolos de forma adecuada, saber qué siente exactamente nuestro perro.

Como se mencionó, las emociones se producen en respuesta a un estímulo que atenta contra el bienestar del perro, proporcionándole la energía necesaria para hacerle frente, adaptarse a la nueva situación y permitir su supervivencia, lo que se denomina función adaptativa de las emociones. Encontramos 6 tipos de emociones, cada una de ellas con una función adaptativa que le induce a realizar alguna acción:
  • Alegría: Es un sentimiento de gratificación y bienestar, el perro está contento y desea reproducir aquello que le hace sentir así.
  • Aversión: Asco o disgusto, rechazo de lo que lo causa.
  • Ira: Enfado, induce al animal a la destrucción.
  • Miedo: Sentimiento de incertidumbre ante la proximidad de algún peligro, el perro tiende a buscar protección.
  • Sorpresa: Asombro o desconcierto, su función es ayudar a la orientación en la nueva situación.
  • Tristeza: Habitualmente es un sentimiento de soledad, aunque en algunos casos puede ser pena; reconduce al animal hacia un nuevo estado personal.
  • Equivocadamente se puede considerar a los celos como una emoción, cuando realmente se consideran un instinto protector. Por ejemplo, los perros celosos de sus dueños cambian de actitud y vuelven desconfiados cuando se acerca al amo un humano desconocido, que considera una posible amenaza.
Finalmente, se ha de tener en cuenta que algunos de estos tipos de emociones están relacionados con trastornos del comportamiento. Por ejemplo, la depresión canina está relacionada con una etapa de tristeza aguda que se va alargando sin terminar por si misma, y los trastornos de agresividad por miedo están causados por el miedo.

Autor: DrLago

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